16 de mayo de 2024
La partición ha sido utilizada desde hace mucho tiempo como herramienta política por las potencias coloniales para controlar sus colonias, y Palestina no fue una excepción.
En 1917, la potencia colonial británica apoyó el movimiento sionista con la Declaración Balfour, que pedía un «hogar nacional para el pueblo judío» en Palestina, ignorando los derechos colectivos del pueblo palestino, denominado «comunidades no judías».
Tres décadas después, las Naciones Unidas institucionalizaron ese compromiso con el plan de 1947 (Resolución 181), por el que se dividía Palestina en dos Estados, uno árabe palestino y otro judío.
El plan de partición de la ONU de 1947 asignó el 56% de la tierra a un Estado judío. Entonces, los judíos poseían alrededor del 7% de las tierras privadas de Palestina y constituían aproximadamente el 33% de la población, en su mayoría inmigrantes recientes.
Los inmigrantes judíos europeos huyeron de Europa a Palestina con la facilitación y el apoyo de las autoridades británicas a partir de principios de los años veinte.
La partición se impuso al pueblo palestino al que se pidió que diera luz verde a su propia colonización. Particionó su patria para materializar el plan del movimiento sionista de apoderarse de tierras y asentar inmigrantes judíos, al que se habían resistido desde el principio.
Todos los países vecinos de Palestina que habían logrado la independencia de sus gobernantes coloniales y se habían adherido a la ONU, votaron en contra del plan de 1947.
El líder sionista Jabotinsky era muy consciente del inevitable rechazo del pueblo de Palestina a cualquier intento de aceptar tal plan colonial.
En su ensayo de 1923 «El muro de hierro» escribió: «Toda población nativa del mundo resiste a los colonos mientras tenga la más mínima esperanza de poder librarse del peligro de ser colonizada».
El movimiento sionista vio el plan de partición de 1947 como un paso inicial hacia la colonización de toda la tierra.
Hoy, el proyecto colonial continúa mediante la limpieza étnica, el genocidio, la creación de guetos y la destrucción de Gaza y la anexión de Cisjordania.
«Tras la formación de un gran ejército a raíz del establecimiento del Estado, aboliremos la partición y nos expandiremos a toda Palestina». – Ben Gurion (1937)