Diez cosas para tener en cuenta al informar sobre Palestina

 

Como reporteros, periodistas y editores, la integridad, precisión y honestidad en el tratamiento de  la información son  para moldear la comprensión de las personas  sobre nuestra realidad. Informar de manera precisa y ética no es sinónimo de “objetividad” o “neutralidad”, términos que pueden ser  perjudiciales en conflictos asimétricos y otras situaciones de injusticia y dinámicas de poder desigual.

Por lo tanto, al informar y comunicar sobre Palestina, es muy importante:

1. Contextualizar la información 

Los actos de violencia nunca ocurren de la nada. Israel es un régimen colonialista que practica el apartheid. Los acontecimientos especificos no pueden desvincularse de las prácticas y politicas diarias de subyugación y dominación que Israel ha mantenido  activamente sobre el pueblo palestino por ya más de 70 años. Al informar, debe emplearse este marco y contexto histórico. 

2. No utilizar el tiempo pasivo

El uso del tiempo pasivo para describir hechos sin indicar claramente quién es el agente y el autor encubre continuamente los ataques  los ataques y la responsabilidad de Israel, perpetuando  su impunidad. También ofrece una descripción engañosa de los acontecimientos.

3. No deshumanizar la vida de los palestinos

Pocas veces se informa e identifica a los palestinos brutalmente asesinados por las fuerzas israelíes, especialmente cuando la magnitud  del horror alcanza cifras que resultan incomprensibles y difíciles de  procesar para  cualquier persona. Sus historias no han sido contadas, sus nombres completos rara vez se mencionan, ni sus familias o seres queridos  han tenido la oportunidad de hacerlo. Esto genera un ciclo constante en el que las vidas de los palestinos se reducen a simples números, trivializando sus muertes, encarcelamientos, torturas, heridas y traumas.

4. Evitar el uso de terminología engañosa e inexacta.

El uso de términos como “enfrentamientos”, “confrontaciones” o “disturbios” entre “dos bandos” alimenta la falsa narrativa de que se trata de una guerra o un conflicto entre dos partes iguales. Esto borra el contexto de extrema asimetría de poder y crea una falsa equivalencia que distorsiona   la realidad.

5. Detener la inmediata  presunción de culpabilidad de los palestinos

Décadas de deslegitimación y criminalización de las voces palestinas por parte de los medios han llevado a un círculo vicioso en el que los medios de comunicación tratan a los palestinos con sospecha y presunción de culpabilidad. Se les considera   casi de inmediato como potenciales “militantes”, “antisemitas” o “terroristas”. Se compara una persona que arroja una piedra con un soldado fuertemente armado. Mientras los palestinos viven bajo una realidad de severo sistema de violencia, se les critica y se les exige que justifiquen su humanidad y la legitimidad de su búsqueda de derechos fundamentales.

6. No tomar las declaraciones oficiales israelíes al pie de la letra

Mientras  se duda de las voces palestinas, el régimen de apartheid de Israel se considera creíble y confiable. Esto es parte del flagrante racismo que moldea el orden mundial, donde los sistemas de supremacía dictan la narrativa dominante. Las autoridades israelíes tienen un largo historial de encubrimiento de sus crímenes de guerra y de lesa humanidad, utilizando malas prácticas,  mentiras y desinformación para ocultar sus crímenes y prácticas. No se debe equiparar  la voz de la víctima con la de sus opresores.

7. Centrarse en las voces y narrativa palestinas

Cualquier reportaje o entrevista sobre Palestina debe centrarse en las voces palestinas, ya que son  las que experimentan la realidad y están en mejor posición para describirla. No se debe invitar a los palestinos sólo ocasionalmente a dar “testimonios” de sus percepciones o sentimientos. Se debe dar espacio a la experiencia palestina como análisis autorizado. Claramente las voces palestinas no deberían ser validadas por una voz israelí ni requerir que se pongan en contraposición a su opresor.

8. No centrarse en las facciones como fuente de violencia y no centrarse en la “violencia palestina”

Centrarse e insistir en informar sobre la “violencia palestina” y reducir a los palestinos a la identificación de facciones políticas refuerza la presunción de culpabilidad, mientras minimiza o borra la violencia estructural del régimen israelí de ocupación militar y apartheid, y  revierte la realidad opresora y oprimida. Estos enfoques s refuerzan la falsa narrativa de que los ataques a Gaza, Nablus o Yenin son una confrontación bilateral entre Israel y facciones armadas. Además, se debe evitar  utilizar términos engañosos, como Gaza “controlada por Hamás”. Aunque Hamás controlaba Gaza internamente, Israel sigue  controlando las fronteras de Gaza y el movimiento de personas y bienes a través de un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo en curso, mientras que Egipto controla el cruce de Rafah.

9. Los palestinos son un solo pueblo

Describir la realidad de los palestinos y los acontecimientos que suceden como separados y desconectados, entre diferentes ciudades como Gaza, Jerusalén, Lydd, Ramallah, los campos de refugiados, etc., refuerza la política de Israel de fragmentar a los palestinos y borrar su identidad y pertenencia colectiva.

10. No dejarse intimidar ni (auto)censurarse por los organismos de control sionistas

Cuando se informa sobre Palestina de manera precisa, ética y en sintonía con la realidad general de la ocupación, la opresión y la limpieza étnica de los palestinos por parte de Israel, los organismos de control  que apoyan a Israel estarán listos para atacar y difamar dicha información. Los periodistas deben resistirse a ceder ante estas intimidaciones, ya que son herramientas intencionales utilizadas para silenciar y desacreditar la cobertura de la verdad.

Los palestinos continúan luchando para tomar  el control de su narrativa y representación de su realidad ante el mundo. Los medios de comunicación aún  tienen la oportunidad, ahora más que nunca, de cerrar la brecha y garantizar que Palestina deje de ser una excepción a la entrega de información precisa, justa y ética.