«No existe la educación neutral. La educación funciona como un instrumento para lograr la conformidad o la libertad». Paulo Freire, Pedagogía de los oprimidos
La educación desempeña un papel esencial a la hora de imaginar, dar forma y transformar culturas y sociedades.
Como en otros contextos coloniales, Israel ha utilizado las escuelas para establecer la diferenciación racial, construir y mantener el poder colonial y borrar la cultura y la historia indígenas.
Los palestinos, en los territorios ocupados desde 1948, asisten a escuelas financiadas por el gobierno que, a diferencia de las escuelas judías, carecen de recursos, de personal, con infraestructura deficiente y sufren de sobrecupo. Estas escuelas deben seguir el plan de estudios israelí, que refleja la narrativa sionista en todas las materias. Entre otras cosas, impone a los estudiantes celebrar la independencia de Israel, aumentando el trauma colectivo de la Nakba, que significó el desplazamiento y despojo de sus familias y comunidades en 1948.
En la Jerusalén anexada, las autoridades municipales israelíes presionan para censurar el plan de estudios palestino que todavía utilizan unas pocas escuelas privadas e imponer el plan de estudios israelí a todas las escuelas administradas por el municipio, para impedir la educación sobre la historia de los palestinos y su identidad colectiva y nacional. En protesta contra estas políticas, cientos de escuelas palestinas llevaron a cabo una huelga general en septiembre de 2022.
En Cisjordania y Gaza, las escuelas son gestionadas actualmente por la Autoridad Palestina, mientras que las escuelas de los campos de refugiados son administradas por la agencia de la ONU UNRWA Israel ha estado librando igualmente una guerra contra los libros escolares palestinos, presionando a los donantes internacionales para que dejen de financiar la educación palestina con continuas difamaciones contra el contenido del plan de estudios palestino.
En Gaza, Israel ha bombardeado escuelas repetidamente. El bloqueo total en vigor y los repetidos bombardeos han dejado las escuelas dañadas, sin recursos suficientes y con sobrecupo. La mayoría de las escuelas operan en dos turnos diarios.
Las universidades palestinas, su personal y estudiantes enfrentan un acoso constante por parte de las fuerzas de vigilancia y ocupación israelíes. Cientos de estudiantes son arrestados cada año.
Israel ahora está imponiendo más restricciones de visa para profesores y estudiantes visitantes internacionales, aislando aún más a la academia palestina.