El régimen de apartheid israelí encuentra simpatía en la opinión pública mundial gracias a una serie de mitos que ha creado para encubrir todos sus crímenes y violaciones del derecho internacional.
Primero: no, Israel no es la «única democracia en Oriente Medio». Israel siempre ha sido un régimen etnocrático y colonial, antinómico a una democracia. Aquí abajo explicamos por qué.
Los palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus hogares en 1948, y el recién creado Estado judío de Israel confiscó y controló todas sus propiedades y las entregó al pueblo judío.
Hasta el día de hoy, a los refugiados palestinos se les prohíbe regresar a su patria, mientras que, por el contrario, cualquier judío en todo el mundo puede llegar y adquirir automáticamente la ciudadanía israelí en poco tiempo.
Los palestinos sobrevivientes de la l Nakba que poseen la ciudadanía israelí y viven aquí, tampoco pueden reclamar sus propiedades y tierras confiscadas.
El régimen israelí ha puesto en marcha políticas racistas y discriminatorias en materia de tierras y vivienda. Si bien los palestinos que poseen la ciudadanía israelí constituyen alrededor del 25 % de la población, han sido confinados al 3 % del territorio, en guetos.
El gobierno militar israelí se impuso a los palestinos con ciudadanía israelí entre 1948 y 1966. Los palestinos vivían bajo la ley marcial con toques de queda y guetos impuestos en ciudades como Lidda o Haifa. Las masacres continuaron,como la de Kafr Qasim en 1956.
Luego se aplicó el mismo régimen militar a Cisjordania y Gaza después de la ocupación en 1967, todavíavigente.
Hay 65 leyes que discriminan directamente a los ciudadanos palestinos de Israel.
La ley de Comités de Admisión legalizó los «Comités de Admisión» privados que operaban en asentamientos establecidos en «tierras estatales» confiscadas en 1948. La ley les otorga casi pleno poder para aceptar o rechazar solicitudes de residencia.
Se utiliza sobre todo en el Naqab (Néguev) y Galilea para imponer la segregación.
La ley de reagrupación familiar, prohíbe a los palestinos con ciudadanía o residencia israelí extender su estatus legal a cónyuges de Cisjordania o Gaza, y niega a las parejas vivir juntas en una zona de su elección.
Por su parte, los cónyuges extranjeros judíos de judíos israelíes obtienen automáticamente la nacionalidad israelí, mientras que los cónyuges no judíos pueden obtenerla al cabo de cinco años.
La «ley de la Nakba» permite al Ministro de Finanzas israelí cuestionar la financiación estatal a instituciones que critiquen la legitimidad de Israel como Estado judío y democrático o se nieguen a conmemorar el Día de la Independencia de Israel, en particular la conmemoración de la Nakba (la limpieza étnica que tuvo lugar en 1948).
Israel controla todos los aspectos de la vida -nacimiento, movimientos, matrimonio, permisos de vivienda- de 5 millones de palestinos en Cisjordania y Gaza, que no tienen derecho ni a votar ni a exigir cuentas a quienes controlan la mayoría de los aspectos de su vida.
El derecho constitucional israelí establece que: «solo el pueblo judío tiene derecho a la autodeterminación en el Estado de Israel».
La Corte Suprema de Israel, a menudo vista internacionalmente como una garantía de democracia y controles y equilibrios, hace cumplir la supremacía judía.
El Tribunal ha confirmado todas las leyes racistas mencionadas anteriormente, y aun más. Ha dado luz verde a la expulsión de comunidades palestinas enteras en Cisjordania, como Khan al-Ahmar o las comunidades de Masafer Yatta. También ha dado luz verde a múltiples casos de confiscación de tierras o bloqueos de Gaza.
Desde 2002, el régimen israelí ha matado a 21 periodistas y arrestado a 130 periodistas, solamente en 2022.