noviembre 25, 2024

Palestina es un asunto de justicia climática

Climate justice

¿Por qué Palestina es también una cuestión de justicia climática?

El régimen israelí de colonialismo de asentamiento y apartheid en Palestina contribuye significativamente a la crisis climática y ambiental tanto en Palestina como a nivel mundial.

A pesar de esto, los gobiernos y corporaciones de todo el mundo siguen fortaleciendo los vínculos con Israel, priorizando las ganancias en lugar de la salud de las personas y el planeta.

Los palestinos indígenas no tienen control sobre sus tierras ni recursos naturales y, en consecuencia, están más expuestos a las consecuencias del daño de Israel al medio ambiente. A continuación se muestran algunos ejemplos:

  • Fondo Nacional Judío (JNF, Jewish National Fund)

El JNF fue fundado en 1901 como una institución clave del proyecto de colonización sionista.

Actualmente, posee el 13 % de las tierras que originalmente pertenecían a palestinos, mientras que la Autoridad de Tierras de Israel administra el otro 93 % de las tierras de las que fueron desposeídos los palestinos. Se han plantaron millones de especies de árboles no nativos y plantas invasoras, a menudo encima de aldeas palestinas demolidas, dañando la biodiversidad local. El JNF continúa blanqueando  sus actividades de recaudación de fondos.

  • Robo de agua

Las regiones de Asia occidental y África del Norte son las más vulnerables al estrés hídrico exacerbado a causa del  cambio climático.

La vulnerabilidad de Palestina se ve agravada por el control hegemónico del régimen israelí sobre el agua

Aunque la mayor parte del agua renovable se encuentra bajo los terrenos de Cisjordania y Gaza, Israel controla el 80 % del recurso y ha sobreexplotado  los acuíferos y ríos, al tiempo que prohíbe a los palestinos construir infraestructuras hídricas, dejando dejando a la población palestina sin acceso seguro al agua.

El 95 % del agua subterránea de Gaza está contaminada por Israel.

Un colono ilegal consume 300 l/día, mientras que un palestino 75 l/día en promedio.

  • El proyecto Interconector y Siemens

El Interconector EuroAsia conectará la infraestructura eléctrica de Europa con la red nacional de Israel, que incluye los asentamientos ilegales en tierras palestinas robadas.

El Interconector normalizaría aún más los asentamientos ilegales de Israel en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén, y legitimaría su expansión.

  • El papel del gas y Chevron

Chevron Energy Corporation tiene un acuerdo multimillonario con Israel para las licencias de extracción de gas. La empresa participa en la transferencia ilícita de gas fósil extraído por Israel hacia Egipto mediante un gasoducto que atraviesa ilegalmente la Zona Económica Exclusiva Palestina (ZEE) en Gaza, que ha estado bajo asedio durante 15 años. Chevron también es conocida por el vertido de aguas residuales tóxicas en Ecuador, conocido como el «Chernóbil amazónico», un desastre ambiental por el cual aún no ha rendido cuentas.

  • Acuerdo de gas entre Israel, Egipto y la UE

Buscando alternativas al petróleo y al gas rusos, la Unión Europea firmó un acuerdo tripartito de gas con Egipto e Israel para comprar gas israelí. Este acuerdo es cómplice de la normalización de los regímenes egipcio e israelí y de las violaciones de los derechos humanos palestinos, y no los hace responsables por sus crímenes. También dará implícitamente luz verde a las actividades realizadas en los asentamientos ilegales y en la franja de Gaza, que se encuentra bajo un bloqueo de 15 años sin control sobre su territorio y sus recursos.

  • Saqueo de los minerales del Mar Muerto

La variedad de minerales del Mar Muerto se ha explotado durante décadas por rentables industrias de cosméticos y materias primas, como limo, arena, grava y barro. Desde 1967, Israel tiene el control total de la zona ocupada del Mar Muerto, estableciendo asentamientos, obteniendo beneficios de la industria turística y de las empresas israelíes (y no israelíes) de cosméticos, como Ahava, y de extracción.

Este saqueo salvaje, junto con el cambio climático, ha exacerbado el daño ambiental al Mar Muerto, que ya se está reduciendo, y que ahora corre un alto riesgo de sequía.